Trance.
Es en el que cae Saraguato, en plena tertulia en el popular café Náder que se ubica sobre la Bonampak de Cancún, causándole mucha intriga a su interlocutor, otro personaje folclórico, singular, que lleva por nombre Torcuato.
¡Hey, estás “ido”!, le espeta Torcuato a Saraguato, al tiempo que le da un manotazo en el antebrazo para tratar de regresarlo a la charla de café.
—¡Cabrón, me diste duro! —se queja Saraguato—. “Te pasaste de lanza como el tal Capella (1), hace 15 meses, cuando su Mando Único de Policía reprimió con balas a feministas que protestaban a pocas cuadras de acá, frente a Palacio Municipal”.
—Tenía que sacarte del “trance, caíste en otra dimensión” —se justifica Torcuato.
—No soy Gobernador, pero como uña y mugre que somos te la pasó como Carlos Joaquín se la pasó al tal Capella —suavizó irónico Saraguato, quien a pie juntillas satisface la duda de Torcuato:
—La plática de los periodistas que ocupan la mesa de mi derecha me dejó pensativo: Que el Gobernador estuvo el pasado lunes (28 de febrero) acá en Cancún, y dijo en entrevista de banqueta que se siente bien por como ha gobernado Quintana Roo, además de que consideró que es momento de “cortar de raíz” cualquier acto de violencia en el Estado, pues mantener la seguridad de la ciudadanía será siempre importante.
—La sinvergüencería e impudicia de Carlos Joaquín oprimió, paralizó mi mente —se sincera Saraguato.
—Eso vi. por eso el manotazo —ataja Torcuato—. Menos mal que fue sólo por un momento, pues el Gobernador lleva cinco años y medio desconectado de la realidad que lo rodea.
—Jejeje, me estás troleando —le reprocha Saraguato, quien luego abunda: En vez de decir que se siente bien por como ha gobernado el Estado, que le pregunte a los quintanarroenses si se sienten bien con él y con su administración. La insatisfacción con él y su mandato, el repudio a él y su régimen es más intenso que el de la fanaticada del Club América con su equipo y el ahora cesado técnico Santiago Solari, con la diferencia de que las Águilas pueden salir del hoyo por el formato lucrativo e injusto del fútbol mexicano, y su Gobierno y bando, ¡no!, ni pidiendo perdón como lo hizo el ex-presidente Enrique Peña Nieto en el caso de “La Casa Blanca”, pues no bastan seis meses para sacar al büey de la barranca, es imposible, más aún, si se cruzan tiempos electorales, como los de ahora.
—No, pos sí —asienta Torcuato al dar la razón a Saraguato—. Si el de Peña Nieto fue un gobierno fallido, el de Carlos Joaquín será recordado como el gobierno del caos. Que en la postrimería de su mandato venga a decir lo que jamás se impuso como Gobernador, es ahora el «momento de “cortar de raíz” cualquier acto de violencia» en el Estado, es una desfachatez, es una insolencia, como del mismo modo lo es su comentario sobre la importancia de mantener siempre la seguridad de la ciudadanía.
—Su gobierno se encaramó desde hace meses en el récord de más muertos por narcoviolencia y finalizará con el mayor número de turistas y políticos abatidos en circunstancias también delincuenciales —consigna el propio Torcuato—. Jamás de los jamases se habían registrado en un sexenio tantas balaceras o tiroteos delictivos en la entidad, mucho menos a lo largo y ancho de nuestra Riviera Maya. Qué decir de los feminicidios, cuyas estadísticas lidera también su administración.
—En todos esos departamentos marcha como el Puebla (el superlíder del fútbol mexicano hasta la séptima jornada del presente torneo Clausura 2022), nada más que su conducción es antítesis del de la Franja. Para que lo entiendas mejor, Torcuato: No son lo mismo los Larcaboys (2), que los Lacraboys —comenta Saraguato con ironía y remarca:
—Lo que mal empieza, mal acaba. Prometió gobernar con quintanarroenses y trajo a gente de Puebla, encabezadas por los Juanes (Juan de la Luz Enríquez Kanfachi y Juan Melquiades Vergara Fernández, el primero bautizado como “El Señor de la Oscuridad” en el joaquinismo y el segundo conocido como “El orfebre de lavado de dinero” mediante empresas factureras). Otro ejemplo, Torcuato: Confió el Gabinete de seguridad a servidores públicos con cuestionados desempeños en la entonces Procuraduría General de la República y la jefatura policíaca en el gobierno del estado de Morelos que encabezó el finalmente repudiado Graco Luis Ramírez Garrido Abreu. Te hablo, mi fino amigo, del procurador Óscar Montes de Oca Rosales y del tal Capella, que sigue moviendo los hilos de la Secretaría de Seguridad Pública a través de Lucio Hernández Gutiérrez, señalado como su cuñado, porque nunca se ha ido de ella, sólo está parcialmente oculto desde el escándalo que causó a raíz de la represión a feministas en Cancún.
—Me queda claro que la seguridad y el estado de Derecho están por los suelos en el Estado —reconoce Torcuato, que presuroso por llegar a tiempo a la cita que le asignó el “sacamuelas” le propone a Saraguato continuar con la radiografía del gobierno de los Lacraboys cuando pronto vuelvan a cafetear.
—¡Va!, pues quien al cielo escupe, en la cara le cae, y en el caso del Gobernador en turno son demasiados sus escupitajos para arriba —remata Saraguato, sin perdonarle a Torcuato la troleada:
“Hay me dices qué duele más: Si la sacada de la muela del juicio o una… endodoncia”.
[box] (1) Jesús Alberto Capella Ibarra: Llegó a Quintana Roo en septiembre de 2018 para asumir la Secretaría de Seguridad Pública. La polémica que le caracterizó en Morelos, presuntamente por pactar con narcotraficantes, le ha acompañado en el gobierno de Carlos Joaquín González. Tras la sonada represión de feministas en Cancún, el oriundo de Tijuana solicitó licencia, luego heredó el cargo a quien se le señala como su cuñado, en junio del año pasado se dejó ver en la inauguración del Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad (C5), acá en Cancún, acto en el que dijo “Ya con esta me despido”, frase que fue interpretada por los quintanarroenses como una burla. Hace escasos 12 días, el pasado viernes 18 de febrero, tomó parte en el Encuentro Internacional en Materia de Seguridad, celebrado también en esta cabecera del municipio de Benito Juárez, en su calidad ahora de coordinador estatal del Consejo de Asesores en Seguridad, confirmando que sigue moviendo compasadamente la Secretaría de Seguridad Pública de Quintana Roo de un lado a otro.[/box]
[box] (2) Larcaboys: Palabra compuesta con las tres primeras letras de un apellido argentino (Larcamon) y el término estadounidense “boys”, que en español significa niños. “Los niños de Larcarmon” es el mote con el que se le conoce al club de fútbol Puebla, pues por segundo torneo consecutivo, bajo la dirección del técnico argentino Nicolás Ricardo Larcamón, son grandes animadores del balompié mexicano a pesar de no contar con un plantel de estrellas, como Tigres, Monterrey, Cruz Azul y el América.[/box]
CANCÚN, Quintana Roo, México
2 de marzo de 2022