El de Omán, que logró relacionarse con Irán e Israel, los dos “extremos” de Medio Oriente: Murió venerado por su pueblo
El Medio Oriente perdió este viernes 10 de enero a un sultán –el de Omán, ¿el último de la región?–, que logró con la conciliación la hazaña de relacionarse tanto con Irán como con Israel.
El fallecido Qabús Bin Said de Omán iba a cumplir el próximo 23 de julio 50 años en el poder, al que accedió derrocando a su padre en un “cuartelazo blanco”.
La noticia de la muerte de este gobernante de 79 años de edad fue difundida en la madrugada de este sábado por ONA, la agencia oficial de noticias del sultanato.
Omán fue el primer Gobierno del golfo Pérsico en establecer lazos de bajo nivel con Israel.
A diferencia de sus prósperos vecinos, en Omán es escaso el petróleo.
Ante el reciente enfrentamiento de Irán y Estados Unidos, Omán ha llamado a la calma, en línea con su política de mantener una postura neutral entre el eje suní liderado por Arabia Saudí y el chií, con Teherán a la cabeza.
Qabús nació en la ciudad sureña de Salalah, cuna de la dinastía Al Said desde mediados del siglo XVIII y por entonces la capital del reino por capricho de su padre, Said bin Taimur.
Venerado en Omán –apunta un artículo que publica “El Universal”, en CDMX– se le recuerda como sabio, justo y el principal mediador en los conflictos de una de las regiones más belicosas del mundo.
Y si hay dudas, ahí está la relación amisotosa tanto con su vecino Irán como con el archi-rival de la región, Israel.
Explica el autor ruso Sergey Plekhanov en “Un reformista en el trono”, una de las pocas biografías autorizadas sobre el sultán, que éste no dejó al pequeño Qabús visitar la capital omaní (Mascate) sino hasta los 25 años y lo privó de leer la prensa porque previó que estaba en contra de sus políticas autoritarias.
Entre los logros del fallecido sultán vale la pena mencionar los siguientes
1) Dotó al país de un sistema de comunicaciones, transporte y servicios dignos y diversificó la economía (al hacerla acorde a la de un país escaso en petróleo).

2) Hizo hincapié en la educación. En 1975 ya había 214 escuelas y en 1982 fue fundada la primera universidad, bautizada Qabús.
3) Implantó un sistema sanitario moderno y gratuito (de 150 médicos en 1975 a más de 3,500 en la actualidad), que ha mejorado notablemente la esperanza de vida y la mortalidad infantil.
Ahora, huérfano de su “gran benefactor”, los omaníes deben decidir su futuro, pues al no tener hijos ni hermanos el fallecido sultán no hay sucesor aparente.
Por tanto, los omaníes deberán de optar o bien por la continuación del sultanato –el equivalente de una monarquía–, o bien dar el paso hacia una democracia de corte occidental.
Todo esto se decidirá una vez que pase el periodo de luto oficial y se realicen los funerales de este sultán “diferente” que demostró que la política, como suelen decir algunos expertos, es el sistema menos malo que ha encontrado el ser humano para convivir en paz.— (Redacción de HECHO DIGITAL con información del portal de “Infobae” – 11/I/2020)
Apunte de HECHO DIGITAL: De los 80 líderes que llenan el perfil para suceder al fallecido, el favorito es Asad bin Tariq, de 65 años de edad, menciona el portal de Infobae.
Tariq, designado en 2017 viceministro de Relaciones Exteriores y Asuntos de Cooperación, podría dar continuidad a la política de conciliación del fallecido.