- Disfrazada como actividad familiar inocente, con toque educativo, el entretenimiento con delfines
- Involuntariamente o no, se omite en la Ley de Bienestar Animal de Quintana Roo (en vigor desde hace una semana) la protección del cetáceo
- Ante este “olvido” esconden la cabeza como el avestruz sociedades y organismos protectores de animales como, por ejemplo, Opus Magnum, Proanimal, Grupo Ecologista del Mayab y la Red Estatal de Bienestar Animal
- El influyente diario tabloide de Reino Unido e Irlanda, The Sun, destapa reciente ataque de delfines en cautiverio en Cancún a pequeña británica de 10 años de edad
POR ELDER VEGA MARTÍNEZ (*)
CDMX / 24 – XI – 2019
Poderoso caballero es don dinero.
El célebre poema satírico del escritor español del Siglo de Oro, Francisco de Quevedo, encaja como anillo al dedo en la polémica que se ha avivado en México con la ley protectora de animales a la que se sumó el Estado de Quintana Roo hace apenas una semana.
El lunes 25 del mes de noviembre, en esa entidad del Sur de México entró en vigor la Ley de Bienestar Animal que la actual legislatura estatal rubricó como herencia de su antecesora, y echó por tierra la corrida de toros y rejoneo que el espada Diego Silveti y el famoso rejoneador ibérico Pablo Hermoso de Mendoza ofrecerían el viernes 20 de diciembre en Cancún para celebrar el 30 Aniversario del Coso de la Bonampak (*).

La cancelación de esa celebración taurina ha desatado un vendaval en el plano mexicano porque la Ley de Bienestar Animal de Quintana Roo prohíbe, entre otros espectáculos, las corridas de toros y las peleas de gallos, pero no el que se ofrece con delfines, en el mismo polo turístico de Cancún y también en los de Isla Mujeres y la Riviera Maya.

Y respecto a esta omisión, involuntaria o no, no han dicho ni pío las sociedades y organismos protectores de animales de Quintana Roo, tales como, por ejemplo, Opus Magnum, Proanimal, Grupo Ecologista del Mayab y la Red Estatal de Bienestar Animal.

Desde un cristal se miran las corridas de toros o rejoneo que son consideradas como una barbarie y desde otro los espectáculos de delfines como inocentes y exóticos, cuando en realidad forman parte de una actividad enmascarada que no está exenta de salvajismo y también de incultura. ¿Por qué? Porque…
Los delfines son grandes nadadores. En su ambiente natural nadan libremente a lo largo de 100 kilómetros cuadrados e incluso más, en grupos de 2 a 40. Y presos en reducidos tanques de concreto, luego de ser hurtados de su hábitat, nada más pueden nadar en un espacio doscientas mil veces más pequeño que en océanos.
Pero esto no es todo. En sus centros de reclusión marítima se les expone a químicos y, por ende, a infecciones, amén de que para poder soportar el cautiverio y estar lejos de su grupo se les tiene que mantener normalmente drogados.
Asimismo, su alimentación con peces y cefalópodos no es semejante a la que ingieren en mares de los que son sustraídos en puntos tan cercanos como México, Haití, Cuba o República Dominicana, o tan distantes como Islas Salomón, Japón y África occidental.
Está de más puntualizar que la vida en estanques de cemento genera a delfines ansiedad y estrés, lo que puede ser factor de agresividad e incluso automutilación.
Qué mejor prueba que la horrible experiencia vivida a últimas fechas por una niña británica de 10 años de edad en el delfinario de Cancún, Lexi Yeo.
La infante fue atacada y herida por un par de delfines con los que supuestamente iba a nadar en su experiencia con ellos, pero que acabaron por sumergirla hasta de ser rescatada en esta pesadilla en vacaciones familiares, da cuenta The Sun, influente periódico tabloide de Reino Unido e Irlanda.

Su madre, Laura-Jane Yeo, narró al periódico el horror que sintió cuando vio que los animales se llevaban a su hija.
“PENSE QUE IBA A MORIR”, CUENTA LAURA-JANE YEO
-Los hechos ocurrieron hace un mes -precisó la madre-. La pequeña participaba en una experiencia denominada Dolphin Discovery, en la que los turistas nadan con delfines.
Sin embargo, en esta ocasión, los animales comenzaron a atacar a la menor a pesar de los intentos de los entrenadores por frenar el comportamiento de los delfines.
Tras ser rescatada del agua, la pequeña, que llevaba puesto un traje especial, presentaba marcas de mordiscos, cortes y hematomas en las piernas y pies.

De acuerdo con la versión, los organizadores culparon a las malas condiciones del clima del mal comportamiento de los delfines por “angustia”, al igual que a solitario delfín macho que “no debía haber estado en el recinto” y terminó de alterar a los otros animales.
A pesar de que la compañía aseguró que investigará los hechos, la madre de Lexi denuncia que “se han lavado las manos” y esos delfines “todavía siguen nadando con turistas” en Cancún.
Retomando el tema que nos ocupa, los delfines y otros cetáceos en cautiverio sufren de manera descomunal desde la traumática y bestial captura en la naturaleza para ser criados y luego cumplir la cadena perpetua en confinamiento y condiciones inapropiadas de extremo a extremo.
Aparte, habilitarlos como artistas estelares de carpa de circo y rebajarlos a mendigos que deben colaborar en acrobacias para comer raya en lo degradante e inhumano, lo mismo que privarlos de alimento como parte de su entrenamiento.

Es entonces cuando uno se pregunta qué beneficio auténtico de entretenimiento y educativo representa mantener a delfines en cautiverio, como argumentan los delfinarios.
Otra de la bandera de defensa de esos sitios es que los cetáceos en cautiverio no están en peligro de extinción. Cierto, tan cierto como que no los liberan a la naturaleza, sino que los utilizan únicamente para mantener al hato privado de su libertad, por lo que su alegato es tan hueco que… ¿Tendrá algún caso sostener esos argumentos vacíos?
“Los amantes de los animales se dejan engañar por los espectáculos de delfines como libres de crueldad, educativos y buenos para la conservación”, expone un reciente estudio mundial, titulado en inglés “Behind the Smile” (“Detrás de la sonrisa”, en español), y en el mismo se precisa que “aunque los delfines parecen sonrientes y felices, experimentan estrés y sufrimiento en cada etapa de sus vidas”.
-El entretenimiento con delfines atrae a miles de turistas que, por desconocimiento, siguen aportando a esta industria siniestra, a pesar de ser amantes de los animales –clarifica “Detrás de la sonrisa”.

World Animal Protection ha validado este estudio por conducto de su jefatura global de la campaña de delfines, que desempeña Nick Stewart.
Sostiene que “el entretenimiento con delfines es crueldad animal disfrazada como una actividad familiar”, así sean reproducidos en cautiverio o capturados en su ambiente natural y separados de sus madres”.
“Estos animales inteligentes y sociables están siendo condenados a una vida en prisión, y reducidos a animales que realizan trucos a cambio de comida”, condenó.
“Para un animal salvaje como un delfín, una expectativa de vida en una caja de concreto no es una vida, es una sentencia a cadena perpetua: debemos hacer de esta, la última generación de delfines en cautiverio”, urgió el especialista de dicha familia de cetáceos de Word Animal Protección.
A NIVEL MUNDIAL, EL 17% DE LAS PERSONAS (284 MILLONES 651 MIL 092) VIO UN ESPECTÁCULO O ACTUACIÓN CON DELFINES EN LOS ÚLTIMOS TRES AÑOS.
A NIVEL MUNDIAL, 5% DE LAS PERSONAS (83 MILLONES 720 MIL 909) NADÓ CON DELFINES EN LOS ÚLTIMOS TRES AÑOS.
LOS ESPECTÁCULOS CON DELFINES ES LA TERCERA ACTIVIDAD MÁS IMPORTANTE DE LA INDUSTRIA SIN CHIMENEAS QUE INVOLUCRA ANIMALES SALVAJES
Fuente: World Animal Protection
Lo medular de los espectáculos de esta actividad encapuchada es su captación multimillonaria cuya tabla de valor es en dólares y la cual tiene como primer eslabón la captura cruel de delfines con fines de supuesto entretenimiento con arista educativa, como ya referimos.
El estudio “Detrás de la sonrisa” revela que los 3 mil 029 delfines cautivos en el mundo reportan entre mil 100 y cinco mil 500 millones de dólares al año a sus explotadores, sin incluir los ingresos adicionales que reciben por venta de “souvenirs” y alimentos.
El informe identifica 336 instalaciones públicas y/o delfinarios en todo el mundo y más del 60% de estos animales en cautiverio en el planeta se encuentran en tan solo cinco países: China (23%), Japón (16%), Estados Unidos (13%), México (8%) y Rusia (5%).
Sin embargo, considerando las regiones geográficas, en México, el Caribe, Bahamas y Bermudas se encuentra aproximadamente uno de cada cinco delfines en cautiverio a nivel mundial y, por tanto, son puntos de actividad importante para la industria.

“Con estos números en la mano, está claro por qué esta industria está desesperada por engañar al público para proteger los miles de millones de dólares recibidos a expensas de estos animales. El sufrimiento inherente se asocia con todas las etapas de la vida de los delfines en cautiverio; aunque los delfines parecen sonrientes y felices, experimentan estrés y sufrimiento en cada etapa de sus vidas”, se puntualiza en la investigación “Detrás de la sonrisa”.
En relación con las pingües ganancias de esta industria llama la atención la migaja de 1% que aportan de entre el 5% y 10% de delfinarios, acuarios y zoológicos a los esfuerzos de conservación de delfines, cuyo ejemplo de protección lo dio este año Canadá con la prohibición de cautiverio, importación y exportación de esta especie, como la de ballenas y marsopas.
Esta actividad en México, normada, regulada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), tenía hasta 2017 un total de 31 delfinarios con 270 ejemplares. Es decir, tiene un promedio de casi uno por Estado, aunque en realidad sólo 5 (Quintana Roo, Guerrero, Veracruz, Baja California Sur y Nayarit) ofrecen ya espectáculos con delfines, luego de que en ese año los prohibieran en Ciudad de México por su gobierno, que nada más permitió la sobrevivencia de acuarios.
En lo que respecta a la inspección relacionada con la vida de los delfines en esos centros, la competencia es de la Procuraduría Federal para la Protección al Ambiente (Profepa).
La indiferencia de sociedades y organizaciones no gubernamentales de protección de animales de Quintana Roo, Guerrero, Veracruz, Baja California Sur y Nayarit que se han erigido en abogados de oficio de toros de lidia y gallos de pelea, pero ni por casualidad de los delfines en cautiverio de la poderosa y siniestra industria que atenta contra los cetáceos, recibió una bofetada con guante blanco de parte del mayor sitio de viajes del mundo, TripAdvisor; de la más grande operadora turística de Europa, “Thomas Cook”, y aerolíneas estadounidenses como United Airlines, al dejar de vender tickets y/o boletos para cualquier parque o centro de atracción con delfines.

Las principales agencias de viajes como Virgin Holidays, TripAdvisor, British Airways Holidays, Booking.com y otras ya han dado un paso adelante y encabezado procesos para cortar alianzas con centros de espectáculos con delfines, adelantó el jefe global de la campaña de delfines de World Animal Protection, Nick Stewart, quien consideró que “es tiempo para que otras empresas sigan este ejemplo”, como Expedia Group.
Este triunfo gran para los mamíferos marinos inició en julio de este año, se ha prolongado y representa, a la vez, un golpe que pudiera ser muy pero muy fuerte para quienes se benefician con el sufrimiento de los delfines en cautiverio.
En su anuncio sobre el particular, TripAdvisor expuso:
«FINALMENTE CONCLUIMOS QUE LAS BALLENAS Y LOS DELFINES NO PROSPERAN EN CAUTIVERIO. LA EVIDENCIA ES ABUNDANTE Y CONVINCENTE. ESTOS SON ANIMALES ALTAMENTE INTELIGENTES CON NECESIDADES COMPLEJAS Y SU AMBIENTE NATURAL Y SU HÁBITO DE RECORRER AMPLIAS ÁREAS EN LA NATURALEZA NO PUEDEN SER IGUALADOS EN INSTALACIONES TIERRA ADENTRO Y PEQUEÑOS RECINTOS MARINOS. […] ESPERAMOS QUE ESTA GENERACIÓN DE BALLENAS Y DELFINES EN CAUTIVERIO SEA LA ÚLTIMA».
La nueva política regirá para TripAdvisor y su filial Viator. Marca la colaboración más reciente entre la compañía de viajes y People for the Ethical Treatment of Animals (PETA, por sus siglas), que es la organización de derechos de los animales más grande del mundo, con más de 6.5 millones de miembros y simpatizantes.
En 2016, TripAdvisor anunció cambios de gran envergadura para proteger a los animales del abuso, como el fin de la venta de tickets para paseos en elefantes, sesiones de fotos con tigres y programas de nado con delfines.

Hace tiempo prohibió los mortales y crueles deportes como las corridas de toros y la caza enlatada. Y en su sitio web publicó amplios lineamientos sobre bienestar animal para los viajeros, con aportes de PETA.
En el caso de México, el estado más avanzado en temas de bienestar animal es Nuevo León, a la par de la Ciudad de México. En ambos existen leyes marco que establecen disposiciones generales, las responsabilidades para las instituciones de gobierno encargadas del medio ambiente y los animales y compromisos para regular la conducta de los seres humanos hacia los animales.

De la polémica del mal trato animal, focalizado en las corridas de toros o rejoneo, no ha escapado el presidente Manuel Andrés López Obrador.
“Son temas polémicos”, dijo el mandatario mexicano en su conferencia mañanera del miércoles 4 de septiembre de este año, al declinar pronunciarse en contra o a favor de los espectáculos taurinos.
Consideró que la prohibición de la tauromaquia en México debería someterse a una consulta
ciudadana. Y sugirió que sea el pueblo quien decida qué se tiene que hacer al respecto.
López Obrador comentó desea trabajar en la elaboración de una reforma sobre el maltrato animal, en la que la gran incógnita es si se considerará en ella el sufrimiento de los delfines condenados en el cautiverio a morir en vida y con efecto dominó decirle fúchila y mandar al carajo al “Poderoso caballero es don dinero”, así representen los espectáculos con esos mamíferos la tercera actividad más importante turística que involucra a animales salvajes.
… ¿Será?
(*) *) El autor de este trabajo periodístico ha sido colaborador de las agencias mexicanas de noticias Cisa-Proceso e Informex y también del espacio noticioso “Informativo Panorama”, del grupo radiofónico nacional Acir; corresponsal de los diarios La Jornada y unomásuno; director de Diario de Quintana Roo; uno de los fundadores y primer jefe de información de Por Esto!; reportero, redactor, editor y cronista deportivo de Diario de Yucatán; reportero y redactor de Diario de Campeche; director estatal de Radio y Televisión del Gobierno del Estado de Yucatán, director de Noticieros de Radio Solidaridad (perteneciente al Instituto Mexicano de la Radio) y director de noticieros del Canal 13 de Televisión de Yucatán y redactor, sub-director de noticias y sub-director general del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS).