Con más de 110 mil contagiados, admite que los servicios médicos ya están rebasados: Trump, por ¡regresar al trabajo!
Sorprende presenciar la entereza y la cruda sinceridad con que es abordada la crisis del coronavirus en Estados Unidos.
Como verdaderos guerreros, herederos de un pueblo que mantiene su rango como el más poderoso del mundo, los estadounidenses han centrado su esfuerzo en combatir el coronavirus, aunque el enemigo, invisible y elusivo, esté ganando por ahora la partida.
Pero guerreros al fin y al cabo, saben que no hay peor lucha que la que no se hace y que el que ríe a lo último ríe mejor, aunque para esto haya que cruzar un sendero de adversidad, de dolor y de lágrimas.

En Estados Unidos, donde la mentira suele perder todas las batallas en momentos críticos –por ser un pueblo que le da trabajo engañar o no saber hacerlo–, el mismo Presidente habla sin tapujos.
Donald Trump ha dicho que “esta será probablemente la semana más dura” y que “entre esta semana y la próxima habrá mucha muerte”.
Trump ha reconocido que las cifras de fallecimientos previstas para los próximos meses en EU, de hasta 240 mil muertos con medidas de contención y 2.2 millones sin ellas, “no se han visto desde quizá la Primera o la Segunda Guerra Mundial”.
Cuando se habla así, no hay lugar a dudas: O se lucha para obtener la posibilidad de la victoria o se capitula para dar permiso a la muerte.
Las cosas no son nada fáciles, porque el coronavirus ha atacado a más de 300 mil estadounidenses y arrancado la vida al menos a 8 mil 291, según estadísticas de la Universidad Johns Hopkins de Maryland.
El problema es que Estados Unidos aún no llega al pico máximo de la epidemia y mientras tanto, “las muertes van a seguir subiendo”, pronostica Anthony Fauci, principal epidemiólogo del Gobierno de EU.

Mientras tanto, resulta sobrecogedor presenciar cómo el coronavirus se ha ensañado con Nueva York, cuyo Gobernador, Andrew Cuomo, ha calificado la situación de “inmanejable”.
Nueva York tiene la tercera parte de los 305 mil 820 casos registrados en EU, o sea, 113 mil 704 contagiados.
Y en sólo 24 horas, del viernes 3 al sábado 4 de abril, el número de contagios subió en 10 mil 842 y el de muertos en 630.
Para Cuomo está claro que aunque sólo han pasado 30 días desde que se detectó el primer caso en la entidad, “parece (que ha pasado) toda una vida”.
Está claro, como dijo Cuomo, que Nueva York no está preparado médicamente para atender más casos, pese a que China ha donado mil respiradores artificiales y Trump enviará mil doctores y enfermeras militares en días próximos.

En medio de toda esta crisis, un desesperado Trump que ve amenazada su reelección insistió en que “tenemos que volver al trabajo”, por lo que “tenemos que abrir nuestro país de nuevo”.
La postura de Trump pareció preocupar a Fauci, quien subió en dos ocasiones al podio para subrayar que “las medidas de mitigación funcionan” y que los estadounidenses deben quedarse en casa todo lo posible, porque lo que están haciendo “está marcando una diferencia y hay que seguir con ello”, por “difícil que (ello) sea” para el país.
Así, de nuevo chocaron los criterios del político (Trump), que no entiende de razones de salud, y el científico, para el cual el ser humano está por encima de todas las cosas.— (Recuento de HECHO DIGITAL con información de los portales del diario “El Informador”, de Guadalajara, y “Noticieros Televisa” – 4/IV/2020)