Se quieren tomar medidas ahora cuando hubo tres meses para hacerlo: La 4T, con las puertas abiertas a la corrupción
¿No que no tronabas, pistolita?
Este dicho popular aplica a la perfección a un Andrés Manuel López Obrador, que quiere actuar “al chilazo”, de una forma precipitada, lo que provoca exponerse de manera más fácil al error y a las corruptelas que tanto dice aborrecer, aunque no lo demuestre en los hechos.
Casi tres meses después de que estalló la pandemia del coronavirus, el pasado 30 de diciembre de 2019, el Gobierno de la 4T se dispone a actuar, aunque no sabemos con cuánto empeño y decisión.
Ahora sí, el gobernante que minimizó la crisis sanitaria, que confundió a un sector de la opinión pública al decirle que no se preocupara, que había un gobierno vigilante de su bienestar, le dice ahora al “pueblo bueno” que hay que movilizarse con celeridad porque la puede pasar mal, tan mal como que su existencia está en riesgo.
Basta leer fragmentos de su inesperado discurso, este viernes 27 de marzo en Tijuana (el cual reproduce en vídeo HECHO DIGITAL):
Si no nos guardamos o solamente salimos para lo fundamental –dice López Obrador–, “se nos van a disparar los casos de infección”.
En seguida, remarca con preocupación, “se nos van a saturar los hospitales, no nos van a alcanzar las camas”, (y) aun cuando “estamos preparados para recibir a miles” de enfermos, “va a ser algo desbordante”.
Si bien teníamos muy ajustado el tiempo, bien pudimos haber hecho con diez semanas de antelación o poco más las compras de materiales médicos y equipo especial para atender insuficiencias respiratorias y problemas pulmonares.
Ante esa imperdonable tardanza, que puede traducirse en cientos o miles de muertes de enfermos por negligencia oficial –al no haber recibido atención médica adecuada–, el Gobierno toma otra decisión sobre las rodillas.
En efecto, López Obrador firmó un decreto que autoriza compras de materiales, equipo y servicios médicos, a nivel nacional e internacional, sin llevar a cabo el procedimiento legal de licitación pública, no importando el monto de las contrataciones.
El decreto, publicado el viernes 27 de marzo en la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación, también permite la importación de dichas adquisiciones sin necesidad de “agotar trámite administrativo alguno”.
¿Se imaginan cuán felices deben estar los “peces gordos” de la corrupción?
Porque lo anterior es como expedirles un cheque en blanco para que compren al precio que sea “materiales, equipo y servicios médicos”.
Ojalá que la Naturaleza nos permita vivir lo suficiente para comprobar cómo estas torpezas terminarán por sangrar al ya muy castigado erario público.
Hay que observar, por ejemplo, los contratos de compra de los “respiradores artificiales” que a principios de año podían conseguirse en 35 mil pesos cada uno y que ahora, por la lógica demanda, ya se cotizan en cantidades tres o cuatro veces mayores.
Pero no sólo eso: A estas alturas no va a haber tiempo de probar esos equipos, ni comparar su calidad respecto a otras marcas y fabricantes, ni menos preparar con tiempo suficiente al personal acerca de su manejo.
Estamos hablado de criminales omisiones, con todo lo que este concepto implica.
EL MENSAJE COMPLETO DE AMLO DESDE TIJUANA
| ENFOQUE EDITORIAL | HECHO DIGITAL | CDMX | 28/III/2020 |