La contingencia sanitaria deja al descubierto a un ejército sin sustento para pagar estudios, renta y sus alimentos
POR JOSÉ CORTAZAR NAVARRETE
Ojalá que los políticos se percaten de cientos, seguramente miles, de jóvenes yucatecos que estudian y trabajan, y que han quedado sin empleo al cerrar o quebrar los negocios en que laboraban por la contingencia sanitaria.
Se trata, en su mayoría, de jóvenes independientes que se han quedado sin el sustento con el que pagaban renta, alimentos y gastos personales.
Es un verdadero ejército juvenil que atraviesa por una situación desesperada y que es presionado por caseros e instituciones educativas para que cubran sus adeudos, los cuales no pueden solventar por falta de ingresos.

La sección de empleos de los anuncios económicos de los periódicos continúa siendo una importante herramienta para jóvenes en busca de trabajo
Es en momentos así cuando se necesita que autoridades estatales y federales incorporen a estos nuevos desempleados a programas de apoyo a grupos vulnerables.
Las diferentes historias que se entrecruzan destacan las penurias, estrés y ansiedad que viven estudiantes que radican en Mérida, entrampados por la situación del despido y la presión de las instituciones educativas que exigen pagos por exámenes, pre inscripciones y cuotas, pese a la crítica situación imperante.
Este reportero tuvo acceso a tres casos de estudiantes universitarios, dos de ellos provenientes de Quintana Roo, y otro más de Yucatán, originario de Tekax, que no están vinculados familiarmente, pero que incidentalmente han visto cambiar su situación, para mal, en las últimas semanas.
Oswaldo, de 20 años y originario de Bacalar, Quintana Roo, estudia enfermería en una escuela particular y vive en la zona sur de la ciudad, muy cerca de la calle 42, donde renta una humilde habitación. Vino a Mérida a los 19 para estudiar enfermería.
Hasta hace tres semanas trabajaba como empleado en un comercio de venta de cerveza, que por la contingencia bajó sus ventas y el propietario lo despidió, sin liquidación, ni la posibilidad de respaldo para sortear la situación actual.
En este momento, sin sustento, el dueño de la casa que habita le exige el pago de la renta mensual, so pena de sacarlo y quedarse con las pocas cosas que ha adquirido en este tiempo.
María Eugenia, modista desde los 17, estudia una licenciatura en modas en una institución privada. Vino desde Tekax a casa de unos parientes para poder estudiar. Ahora tiene 19, y es asistente de belleza en una plaza comercial en el Centro de Mérida.
“Maru” tuvo que independizarse y ahora comparte habitación con una compañera de trabajo, pero ambas se quedaron sin trabajo desde hace casi un mes.
Ella logró algunos ahorros, pero no los suficientes para cubrir renta y alimentos por tantos días.
En su trabajo destaca por hacendosa y dedicada y en la escuela tiene buenas notas, pero ahora le exigen pagos y cuotas que no puede cubrir.
La joven desea continuar estudiando y completar su carrera profesional.
En un caso muy similar está Adrián, estudiante de Arquitectura de 24 años que tuvo que suspender sus estudios por falta de recursos desde hace un semestre.
El originario de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, desde hace un año rentó una habitación en la zona del parque del Centenario donde paga mil 200 pesos mensuales.
Inició actividades en un despacho de arquitectos hace seis meses, que lo contrató con el programa federal de “Jóvenes Construyendo el Futuro”.
Al iniciar la contingencia, el despacho lo cesó sin ninguna compensación y desde hace tres semanas subsiste con mínimos recursos, pero debe la renta y le exigen el pago total.
En forma coincidente, las historias se entrecruzan para conocer los muchos problemas que está ocasionando esta contingencia sanitaria, que se ha convertido también en económica, al obligar al cierre de empresas.
Queda al descubierto, asimismo, la insensibilidad de ciertos sectores de la comunidad y agrupaciones políticas que podrían hacer algo más para que estas víctimas circunstanciales del desempleo tengan un mañana diferente.— (Colaboración para HECHO DIGITAL – 21/IV/2020)